El presidente Joe Biden ordenó el lunes al Departamento de Estado que forme un grupo de trabajo para examinar la política de remesas a Cuba de Estados Unidos para garantizar que el dinero enviado a casa por los cubanoamericanos llegue a sus familias sin ser interceptado por la dictadura.
También ordenó que se examine la viabilidad de incrementar el personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana. Tras una de las manifestaciones antigubernamentales más grandes de la isla comunista en la memoria reciente, la Casa Blanca espera que el aumento de personal ayude a fomentar mejor la participación de la sociedad civil.
La acción fue detallada por un alto funcionario de la administración, quien habló de forma anónima, porque aún no fue anunciada públicamente por la administración Biden.
Ocurre poco más de una semana después de que miles de cubanos salieran a protestar por la escasez de alimentos y los altos precios por la crisis del coronavirus en las calles de La Habana y otros lugares de la Isla. En más de 60 años, Cuba no ha visto este nivel de frustración.
Según el funcionario, la administración cooperaría con grupos extranjeros para mejorar la ayuda humanitaria, mientras que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro buscará sancionar a los funcionarios cubanos que violaron los derechos humanos contra manifestantes no violentos en Cuba.
La semana pasada, Biden, quien ha sido presionado por el Congreso para que actúe, declaró a Cuba un “estado fallido” que estaba “reprimiendo a sus ciudadanos”. Sin embargo, Biden también afirmó que tomar medidas efectivas era difícil.
En 2017, la administración Trump lanzó una importante retirada de los empleados de la embajada de Cuba, sin relación con el acercamiento del presidente Barack Obama a la isla. En cambio, en reacción a misteriosas lesiones cerebrales sufridas por diplomáticos, espías y otros funcionarios gubernamentales estadounidenses destacados en la isla, la retirada de personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana comenzó en la primavera y el verano de ese año.
Como aspirante a la presidencia, Biden declaró que volvería a las políticas de la era de Obama que aliviaron décadas de restricciones del embargo a La Habana, y la derecha política en Estados Unidos lo ha acusado de ser demasiado severo con los disidentes cubanos. Aún así, la administración Biden solo ha declarado que está evaluando su política hacia Cuba y ha hecho poco para cambiar la postura de Trump sobre el país comunista.