Cuba está prohibiendo a su joven clase de empresarios utilizar cuentas bancarias en Estados Unidos en un esfuerzo por mantener el dinero en la isla durante su peor crisis económica desde la caída de la Unión Soviética.
La última de una serie de acciones contra empresas a las que el gobierno comunista culpa de la inflación galopante del país, que alcanzó el 31% el año pasado, es la decisión de La Habana la semana pasada de establecer que todos los pagos a proveedores extranjeros deben realizarse a través de bancos locales.
Es poco probable que la represión al sector privado sea una solución a la escasez de alimentos y combustible que alimenta el descontento entre los cubanos y ha provocado algunas manifestaciones poco frecuentes contra el gobierno. La isla ha sufrido una pérdida de población del 10% desde 2021. Atraídos por los generosos pagos y la perspectiva de la ciudadanía extranjera, algunos incluso viajan a Rusia para unirse a su guerra contra Ucrania.
El presidente Miguel Díaz-Canel ha negado la existencia de una “cacería de brujas” dirigida contra la comunidad empresarial. En un discurso pronunciado la semana pasada, dijo que demasiadas pequeñas empresas se limitan a importar bienes y venderlos con un margen de beneficio, “lo que resuelve las necesidades a corto plazo de la población, pero no contribuye en nada al desarrollo sostenible del país”.
Pero la prohibición de las cuentas bancarias en Estados Unidos, anunciada apenas unas semanas después de que la administración Biden abriera formalmente el sistema bancario a los cubanos, golpea el corazón de los empresarios de la isla, dijo Oniel Díaz, que dirige Auge, una empresa de consultoría empresarial con casi 600 clientes. Muchos dependen de cuentas en el extranjero para realizar negocios, ya que no pueden obtener dinero en efectivo en el mercado local.
“Las regulaciones aún no han salido, nadie sabe cómo funcionará esto, pero ya estamos viendo que la gente limita sus importaciones, en particular de alimentos”, dijo.
Aldo Álvarez, fundador de la empresa de importación, distribución y producción de alimentos Mercatoria en la isla, dice que la clase empresarial está nerviosa.
Álvarez, miembro del Grupo de Estudio de Cuba con sede en Estados Unidos, dijo que en medio de la rampante evasión fiscal, “algunas personas creen que el gobierno quiere sacarnos del negocio, otros piensan que simplemente quiere más control”. “Estamos lidiando con una economía extremadamente desafiante con reglas legales que cambian constantemente”.
Las pautas también encajan en un esfuerzo más amplio para ahorrar dinero. La semana pasada, el Primer Ministro Manuel Marrero declaró que el gobierno comenzará momentáneamente a aceptar monedas extranjeras en hoteles y otros lugares de viaje.
Michael Bustamante, profesor de historia en la Universidad de Miami, dijo: “Con la crisis económica que avanza y las incertidumbres políticas en el hemisferio que aumentan con la posibilidad del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, es probable que el gobierno cubano esté buscando formas de ‘acumular tanto efectivo como pueda antes de que las cosas se pongan realmente mal'”.
Después de que Barack Obama normalizara las relaciones con Estados Unidos en 2015, la economía de Cuba experimentó una breve ventana de crecimiento y esperanza; pero, la isla se hundió en la desesperanza cuando Trump endureció drásticamente las sanciones durante su primera presidencia. Luego, el Covid-19 destruyó el pilar del sector turístico, privando al gobierno de divisas.
El país comenzó a permitir que las pequeñas y medianas empresas florecieran en medio del creciente descontento y las manifestaciones gubernamentales. Incluso ahora, se han fundado casi 11.000 empresas, mientras que las autoridades ya han cerrado cientos de ellas por infringir las normas.
El ex embajador canadiense en la isla, Mark Entwistle, miembro de la Escuela Munk de Asuntos Globales y Políticas Públicas de la Universidad de Toronto, dijo que a pesar de la represión, el gobierno depende de nuevas empresas para mantener la economía a flote.
“El sector privado llegó para quedarse en Cuba, generalmente apoyado por el gobierno”, comentó por correo electrónico. Por supuesto, el diablo siempre se encuentra en las minucias.